Los ‘diagnósticos participativos’ fueron la tónica de la segunda sesión del módulo 2 de la Escuela de Formación Popular

Pese a las intensas lluvias que cubrieron los cielos porteños el sábado 22, la Escuela de Formación Popular llevó a cabo la segunda sesión del módulo 2 en cerro Cordillera, la cual fue desarrollada en torno a la identificación de técnicas y estrategias de diagnósticos participativos. La instancia estuvo liderada por el académico y psicólogo Matías Cárdenas, especialista en psicología comunitaria, quien también estuvo acompañado por estudiantes de la misma carrera de la Universidad de Playa Ancha. A la sede de la Junta Vecinal asistió también su presidente, Eduardo Cueto, a contarnos la historia del sector y parte de las luchas que vienen levantando desde hace años.

Después de compartir un desayuno de bienvenida, como es costumbre en cada sesión, el académico Matías Cárdenas dió inicio a la sesión con una actividad “rompe hielo”, que consistió en pedir a cada una y uno de las y los asistentes que respondieran y describieran con sus palabras y su conocimiento: “¿qué entendemos por diagnóstico participativo?”.

En este sentido, representantes de las organizaciones sociales y comunitarias que participan en la Escuela de Formación Popular, expusieron sus perspectivas en torno a experiencias pasadas sobre diagnósticos participativos, donde las opiniones más reiterativas apuntaron específicamente a una relación conflictiva con quienes han desarrollado estos procesos comúnmente. Las críticas hacían referencia al extractivismo reinante generalmente en estos procesos, cuando son emanados desde instituciones externas a las organizaciones, que finalmente realizan prácticas utilitarias en función de su propio beneficio, dejando postergadas las necesidades reales de las organizaciones.

Un participante de la Red de Bibliotecas Populares, profundizó en que “la participación es un ejercicio de poder, entonces es súper importante el nivel de profundidad de poder que se puede tener, porque hay algunas formas de participación que son ilusiones del poder, y que son cooptaciones, o sea que tú me dices algo, yo lo tomo, lo modifico y lo uso… ahí (también) está la participación consultiva que es solo preguntar y después pal bolsillo y la decorativa, que es pescar al dirigente vecinal, ponerlo, sacarse una foto y decir “participamos”.”

A partir de las reflexiones y preocupaciones que manifestaron desde las organizaciones participantes, el académico enfatizó en la importancia de la participación de cada una y uno de los miembros de las comunidades y Juntas Vecinales, y la necesidad de adentrarse profundamente en todas las etapas del proceso de diagnóstico. Entiéndase así, distintas fases como: la identificación de los objetivos, el desarrollo, la elección de las metodologías y criterios a aplicar, la revisión de los resultados y conclusiones, el análisis del diagnóstico final y la socialización de esos resultados.

 

“Algo que me gustó mucho que saliera (en sus respuestas) y lo valoro muchísimo, tiene que ver con el diagnóstico participativo como una oportunidad democrática, intentando cuestionar esta mirada más hegemónica de que el diagnóstico le corresponde a expertos, a autoridades o programas específicos, etc. Tenemos la mirada respecto a cómo desde las mismas organizaciones comunitarias somos capaces de abrir espacios democráticos, inclusivos, de ser capaces de sumar nuevas personas a este proceso de diagnóstico.” Mencionó Matías Cárdenas.

Sobre la última etapa de difusión del proceso de diagnóstico, tanto el académico como el grupo, insistieron en la importancia de una correcta y eficaz socialización de los resultados, considerando a todo el universo de personas que afecten las decisiones que se vayan a tomar. Precisamente, se hizo énfasis en la utilización de diversos medios de comunicación -como radios comunitarias, medios escritos, cuentacuentos, el boca a boca, teatro, jornadas de visibilización, el hip hop, entre otras- que permitan la integración de aquellos grupos que no están presentes en la virtualidad y las redes sociales, y que a veces la ilusión de la globalización nos hace pensar que sí. También, el académico mencionó la importancia de que esta socialización de la información tenga una instancia de vuelta, donde las personas puedan expresar su parecer para asegurar que sea un proceso realmente democrático y participativo. 

Así también, Matías señaló que “es importante cuando hablamos de participación que intentemos apuntar a que la participación no sea sólo extractivismo como se habló por ahí, que no sea solamente acercarse a alguien para hacerle una preguntar, sacarle información y llevársela para la casa, porque de repente esas lógicas que vienen ya dañadas por la relación que tenemos generalmente con la institucionalidad, a veces las organizaciones también las terminamos replicando y en ese sentido hay que mirarse a uno mismo y pensar en las cosas que uno hace que no sean del todo participativas.”

A continuación, el vecino y presidente de la Junta Vecinal de cerro Cordillera, Eduardo Cueto, compartió parte de la historia del sector junto con estudiantes de la carrera de psicología de la Upla, quienes han realizado trabajos de Diagnósticos Participativos en el sector desde inicios de semestre. Entre las principales problemáticas que han identificado, se encuentra la lucha por la recuperación del ascensor, que data desde 2016 y que aún no logra ver luz verde totalmente, también mencionaron que a través del diagnóstico pudieron identificar que el foco de las preocupaciones de las y los vecinos está en las dificultades con la basura, relacionadas con los escasos camiones recolectores, así como también la problemática de seguridad en el sector.

En el momento cúlmine de la sesión, el grupo desarrolló reflexiones acorde al cuestionamiento del “deber ser” de las organizaciones, entendiendo que todas viven procesos y tiempos totalmente distintos, y a la vez, a la comprensión y el respeto que debe reinar en este tipo de espacios e instancias, como muy bien lo expresó Matías Salinas, participante de la organización META:

“Antes los sindicatos solían tener luchas cruzadas, siento que ahora lo que pasa es que hay gente, sobretodo los poderes más hegemónicos, que invalidan las luchas de otros, entonces si tratamos de congeniar de poner a disposición nuestros saberes, nuestras experiencias, nuestras vivencias, eso nos va a hacer que todos salgamos pa’ adelante, y esa es como la gran tarea… reconocer todos esos saberes sin invalidar al otro, tener la paciencia y la sensibilidad como para escuchar gente que piensa, vive y que tienen experiencias distintas.”

Finalmente, Valentina Aguirre, miembro del equipo organizador de la Escuela de Formación Popular, agradeció a las y los participantes por su participación y las conclusiones a las que llegaron, e hizo la invitación para la próxima sesión que se desarrollará en Placilla e incluirá una ruta impartida por la organización Placilla Unida por el Medio Ambiente (PUMA).

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Observatorio de participación social y territorio | Universidad de Playa Ancha